Hoy
les voy a contar acerca del primer cuento que envié a un concurso, en ese entonces tenía 14
años, estaba en secundaria y decidí
titularlo “Azul como el Mar”, es por ello el título de mi entrada. El cuento trataba de concientizar
acerca de la importancia de las especies marinas y los cuidados que se deben
tener para proteger las reservas marinas.
Siempre he sido mala inventando
títulos, pero bueno, no se nace siendo buena en todo. Me gustaría publicarlo,
pero consta de 10 hojas, y ahora que lo leo de nuevo, está demasiado extraño y
habla más de amor que de cuidar el mar jaja, ahora entiendo porque me dijeron
el típico sigue participando, así que
mejor hare un breve resumen.
Azul es mi personaje principal, una chica de
playa, bonita, tranquila, trabajadora, la cual tenía un abuelito pescador que trabajó en
la marina durante su juventud,
también tenía un novio con el que se iba casar, su nombre era Emir, un chico apuesto, que se encontraba arreglando negocios en la
ciudad, es aquí donde llega el clímax de la historia, ya que Azul recorría las
playas y se dedicaba a recolectar conchitas, o simplemente pasear camino a casa, y un día se le enredo
su pie en un coral y no pudo sostenerse, se golpeó y cayó al mar, ¡Se estaba
ahogando!, pero como en toda historia romántica, tenía que aparecer el típico
chico atlético y guapo que vio lo sucedido y entro al mar a rescatarla. ¿Qué
lindo no? Es aquí el momento en donde después de lo ocurrido se despidieron y
creyeron jamás verse, pero… ¡Oh
sorpresa! Ella termino trabajando en la Mansion Canrui, lugar donde Noa (quien
la rescato) vivía.
Después de esto es donde hablo de la importancia de
las reservas ecológicas, los arrecifes de coral, por qué debemos cuidar a los
animales marinos, haciendo énfasis en los delfines y los animales en peligro de extinción, y después llegamos al momento decisivo, la boda
de Azul con Emir, “Cuando empezó la
marcha nupcial Azul salió radiante con un vestido banco, perlas entrelazadas en
su cabello y sus pies descalzos caminaban sobre los jazmines y azahares”, Aww,
pero que romántico, lástima que en ese
momento no hubo boda, ya que el queridísimo Noa decidió robarla e impedir el
matrimonio.
Y si me están leyendo, los dejaré picados, ya que no les contare el
final, a menos que alguien lo quiera saber, esperare sentada para no cansarme…
Solo
puedo decir que tuvo un desenlace no tan esperado, al menos para Emir y que mi cuento era más novela romántica que cuento en pro a la conservación.